El presidente de Estados Unidos ha firmado una orden que restringe las inversiones en el mercado chino, con el fin de evitar que resulte beneficiado el sector de defensa chino. Las empresas deberán informar al Gobierno sobre este tipo de operaciones, en particular las relativas a semiconductores, capital de riesgo y empresas de riesgo compartido. Se espera que esta orden no enfríe las relaciones entre ambos países, que han retomado poco a poco. Como se ha podido ver en la última reunión del G7 en Japón. El líder del Senado ha mostrado su apoyo a esta iniciativa mediante un comunicado, mientras que desde el Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense consideran que esta orden generará mucho descontento, tanto para los partidarios de una línea dura como para las empresas del sector.