China y Estados Unidos compiten por el liderazgo en inteligencia artificial (IA) debido a su impacto económico y a un mercado de IA que se espera crezca 20 veces su tamaño actual para 2030. Para liderar en este campo, se requiere un presupuesto considerable, capacidad de cálculo avanzada y un flujo constante de talento. No obstante, ambos países enfrentan obstáculos considerables. La administración de Biden busca limitar el acceso de China a componentes cruciales, como las tarjetas gráficas de NVIDIA, esenciales para el entrenamiento de modelos de IA. Por otro lado, China lucha con una grave escasez de profesionales cualificados y alta rotación laboral, aunque ofrece salarios atractivos. Se proyecta una falta de 10 millones de trabajadores en IA en China para 2025, un desafío significativo en su búsqueda de liderazgo tecnológico.