En 2023, la democratización de la inteligencia artificial generativa, encabezada por ChatGPT, Bard, Bing Chat y Dall-E, marcó un hito histórico. Desde profesionales hasta ciudadanos comunes, todos exploraron sus aplicaciones, generando tanto optimismo como temores apocalípticos. Las preocupaciones incluyen el sesgo inherente en modelos de IA, cambios en los derechos de autor, impacto laboral, desafíos ante la desinformación masiva y los costos humanos y ambientales de su desarrollo. Aunque se debate sobre regulaciones, la rápida integración de la IA genera incertidumbre sobre su futuro, mientras persiste el temor alarmista impulsado por figuras influyentes como Geoffrey Hinton y Elon Musk.