Se advierte sobre el entusiasmo excesivo y las posibles burbujas en el campo de la inteligencia artificial (IA). La economía del comportamiento, que estudia cómo los factores psicológicos y sociales afectan las decisiones humanas, puede ofrecer pistas importantes para aquellos que buscan aprovechar la IA. Se destaca la necesidad de tener cuidado con las valoraciones bursátiles infladas y los resultados poco realistas y no rentables que pueden surgir de la sobrevaloración de la IA.
Se plantea la pregunta de si la nueva generación de IA podrá cumplir con sus promesas. Aunque se han logrado avances impresionantes, como la predicción de estructuras proteicas por parte de AlphaFold, se plantea la incertidumbre de si la IA podrá replicar su capacidad predictiva en ámbitos comerciales, financieros y políticos. Se mencionan problemas como el sesgo de muestreo en modelos predictivos y la ley de Goodhart, que indica que cuando una métrica se convierte en un objetivo político, deja de ser fiable. Se advierte sobre los desafíos adaptativos inherentes a los sistemas humanos y se plantea la posibilidad de que la IA también pueda enfrentar dificultades similares.
Se destaca la necesidad de precaución ante las burbujas y la sobrevaloración en el campo de la IA, así como la incertidumbre sobre si la IA podrá cumplir sus promesas en áreas más amplias debido a desafíos como el sesgo de muestreo y la adaptabilidad humana.