La introducción de sistemas de respuesta basados en IA, como el ChatGPT de OpenAI, está transformando la generación de textos. Estos sistemas utilizan modelos de aprendizaje automático y pueden usarse en diversos campos, desde atención al cliente hasta la generación de contenido. Sin embargo, esta tecnología plantea preocupaciones, como la posibilidad de su mal uso en la educación y la investigación, generando plagio y trampas. La transparencia y regulación son esenciales. Se están desarrollando herramientas de detección para distinguir entre contenido generado por humanos y chatbots. Además, estos sistemas pueden impactar en el mercado laboral, sustituyendo tareas humanas. A pesar de los beneficios, es crucial evaluar cuidadosamente su uso y reconocer sus limitaciones.