Para que Europa pueda beneficiarse del motor de crecimiento a nivel económico que supone la IA, necesita desarrollar sus propias empresas. Para ello debe crear sus propios gigantes de la IA generativa, capaces de competir con OpenAI, creadora de ChatGPT, o con Anthropic. Las empresas que tienen esta capacidad son dos, la alemana Aleph Alpha y la francesa Mistral AI. La primera vende IA generativa como servicio a compañías y gobiernos, mientras que la segunda trabaja en soluciones de IA de código abierto. El reto pasa por poder abrirse camino en un mercado cada vez más concurrido, con competidores mejor financiados.