El auge de la IA está alterando progresivamente la forma en que se toman las decisiones dentro de las empresas. Este desarrollo tiene algunos riesgos, que se pueden evitar si se tiene en cuenta a las humanidades, ya que pueden aportar un factor multiplicador, pueden mejorar la toma de decisiones, fortaleciendo el pensamiento crítico. La automatización en la toma de decisiones podría definir una evolución hacia estructuras organizativas más basadas en flujo de datos, relegando a un segundo plano el factor humano, tanto para bien como para mal. En una era digital dominada por la inteligencia artificial, la integración entre tecnología y humanidades nos abre nuevas vías para la creatividad y la innovación.