A principios del 2022 Stephen Thaler presentó una demanda para intentar registrar los derechos de autor de su obra. Esta creación se había generado a través de la Inteligencia Artificial, y Thaler defiende que, aunque el software ha realizado esta obra de arte, como él es el dueño del ordenador dichos derechos deben ser transferidos a él. Sin embargo, el fallo emitido por parte de un tribunal federal de Washington D.C. determina que el arte generado por la Inteligencia Artificial no está protegido por la ley de derechos de autor en Estados Unidos, según la jueza ha explicado este tipo de arte no tiene autoría humana. La propia jueza reconoce que cada vez habrá más casos de este tipo.