Meta ha prohibido que se puedan utilizar sus herramientas de inteligencia artificial en campañas publicitarias relacionadas con elecciones, políticas y temas sociales, así como en anuncios sobre vivienda, empleo o crédito. Las herramientas que se han visto limitadas están relacionadas con realizar cambios en el contenido que suben los anunciantes para mejorar la eficacia de un anuncio, una que crea fondos de productos y otra que edita textos de marketing. Estas restricciones tienen que ver con quejas por parte de grupos de la sociedad civil que indican que el contenido generado por IA podría causar en el proceso democrático al engañar a los votantes.